domingo, 11 de mayo de 2008

Angelita Huenumán - Víctor Jara

"Víctor Jara fue un día a nuestra casa"

Rita: Angelita Huenumán, mi mamá, tuvo siete hijos. Tres sobrevivimos al parto y cuatro nacieron muertos, pero ahora sólo quedamos dos hermanos, porque mi hermana Juana del Carmen falleció en el 94.

Andrés: Mi infancia fue muy sacrificada. No pude estudiar por mucho tiempo, porque con doce años comencé a trabajar. Era el único hombre de la casa y tenía que ayudar a mamá en la chacrita, para que ella pudiera tejer. Con las cosas que hacía en su telar pagaba los abonos y los créditos que teníamos que pedir al banco. Ella logró comprar dos hectáreas de tierra que nos ha dejado, y ese es un recuerdo grande que tenemos gracias a su sacrificio. Cuando niño, yo iba con ella a Contulmo o a Cañete para vender sus alfombras, sus mantas y sus ponchos. En ese tiempo no había locomoción y teníamos que ir caminando. En uno de esos viajes conoció al director de la escuela agrícola de Contulmo y fue él quien le habló a don Víctor Jara de Angelita, y lo llevó un día a nuestra casa para que la conociera. Ella, entonces, tendría cerca de cincuenta años. Cuando vino don Víctor yo estaba en ese momento en la escuelita y no lo vi, pero luego mi mamá me contó que habían venido a visitarla y se reía contándolo. ¿De dónde diablos serán esos que vinieron a verme y me sacaron fotos?, decía.


Desde allí fue compuesta la que sigue:

"En el valle de Pocuno
donde rebota el viento del mar
donde la lluvia cria musgos
vive Angelita Huenuman.

Entre el mañio de los “huallas”
el avellano y el pitran
entre el aroma de las chiclas
vive Angelita Huenuman.

Cuidada por cinco perros
un hijo que dejo el amor
sencilla como su chacrita
el mundo gira alrededor.

La sangre roja de copihue
corre en sus venas Huenenuman
junto a la luz de una ventana
teje Angelita su vida.

Sus manos bailan en la hebra
como alitas de chincol
es un milagro como teje
hasta el aroma de la flor.

En sus telares, Angelita
hay tiempo, lagrimas y sudor
estan las manos ignoradas
de este mi pueblo creador.

Despues de meses de trabajo
el chamal busca comprador
y como parajaro enjaulado
canta para el mejor postor".