miércoles, 25 de julio de 2007

Percepción del verdadero "aporte en clases"


En ocasiones, al estar en alguna instancia educativa, nos encontramos con aquellas personas que comunmente "aportan en clases". Algunas veces también nosotros estamos en ese nivel.

Sin embargo, he aquí mi reclamo, hacia aquellos profesores que aplauden a los alumnos que antes de llegar a clases se han leídos los capítulos, láminas o papers que ha dado al inicio del semestre o la clase anterior, felicitan a aquellos que como loros, ante una de sus preguntas o tiempos mudos en donde el alumnado debe colaborar en la clase, repiten lo que leyeron según lo encomendado. No apunto a que cumplir con estos requerimientos del docente sea erróneo, para mi, es lo mínimo; sino que me cuestiono el verdadero "aporte" de estas repeticiones para el resto de la clase.

A mi entender, esto sólo demuestra que la persona en cuestión cumplió con su trabajo (oooh! denle gaviota!), pero no necesariamente es un aporte real al proceso de aprendizaje del que estamos siendo parte. Aquel que es capaz de plantear una pregunta, de contrarrestar lo leído con otras tendencias, quien actualiza la información u otras similares, merece más elogios.
Existen otras de estas ocasiones, en ramos donde se precisa de realizar cálculos numéricos (lindas matemáticas), donde uno o más colaboran con el desarrollo de algún ejercicio que permite llegar a un resultado concreto; esto también es un método de avance conjunto y que no necesita del repetir (en un buen caso). Aunque, claro, no es tan poco común que los profesores copien ejercicios de libros que ya hemos resuelto, pero esto viene de un trabajo previo, no de una repetición.

Hoy me inclino por el aprendizaje a través del descubrimiento de las nuevas materias, no como una vana repetición, sino como un proceso de interacción real entre el tema y el aporte propio.
Ahora bien, los educadores podrán decirme si estoy o no en lo correcto.